Hace unas décadas, comenzó a hablarse del estrés. Sobre todo, relacionado con altos ejecutivos y el nivel de vida que llevaban, donde vivían por y para el trabajo, para obtener unos resultados económicos elevados. El tiempo ha pasado y el estrés, la ansiedad y otras enfermedades laborales no son propiedad de un tipo de profesional que está en la cúspide.
Todos podemos sufrir en algún momento esa terrible sensación de falta de aire, angustia, insomnio y falta de concentración en nuestro trabajo. ¿Los motivos? Horarios eternos, exigencias por parte de los superiores y la peor razón de todas: compañeros o superiores como causa de estas enfermedades. Cuando nuestra única misión es aportar y sumar en la empresa.
El acoso laboral, el mal de nuestros tiempos
Vas a trabajar todos los días, tienes un buen sueldo, buenas relaciones profesionales, pero desde hace un tiempo sientes que no puedes dar el 100% de ti. ¿La razón? El ambiente laboral y algo que tiene un nombre y apellidos: acoso laboral o mobbing.
El mobbing tiene una característica que lo diferencia del estrés laboral o del hecho de estar quemados porque consiste en que te hagan el vacío para así minar tus posibilidades laborales. Los compañeros o el jefe, te apartan y cortan cualquier vía de comunicación. ¿Su misión? Aislarte.
En los años donde la crisis económica fueron más duros, los casos se multiplicaban, desgraciadamente hay personas que aprovechan la necesidad de un trabajador para pensar que deja de ser un ser humano y pasa a ser un objeto, que ni siente ni padece puesto que necesita el empleo.
El acoso laboral es un delito y se puede y debe denunciar
Desde 2010 está reconocido como un delito el acoso en el ámbito laboral. En casos extremos se puede acudir a la vía judicial. Antes de llegar a dar este paso, el acosado además de tener pruebas debe sentirse fuerte por una razón: es inocente.
No importa en qué sector trabajemos, el mobbing se produce en cualquier lugar y por parte de ese compañero al que ves todos los días o de tu jefe. En este ebook escrito por dos psicólogos expertos en este problema, se pueden encontrar herramientas para afrontar y salir de la situación.
La envidia, el principal motivo para acosar a un trabajador
“Es tan fea la envidia que siempre anda por el mundo disfrazada, y nunca más odiosa como cuando pretende disfrazarse de justicia.” Decía Jacinto Benavente
No hay duda de que esta sociedad es cada vez más competitiva y si despuntas en un trabajo, sea cual sea, bien por tus conocimientos, por tu simpatía o por ser eficaz sin esforzarte, prepárate porque en ciertos lugares los compañeros con baja autoestima pueden ver en ti una amenaza.
¿Qué hacer? No podemos cambiar y adoptar una actitud sumisa, aunque algunos apuesten por ello para no encontrar más problemas ya que no pueden permitirse cambiar de trabajo, e incluso su orgullo no les deja decir adiós a un puesto que les gusta y por el que han peleado años.
¿Cuál es la solución? El diálogo con otra persona que pueda hacer de intermediario, trabajar nuestra autoestima y, sobre todo, si es posible dejar un lugar que pueda llegar a afectar a nuestra salud de una manera grave. Triste, pero real.