Hace un tiempo hablamos sobre el uso de los anglicismos en el ámbito laboral y del abuso. Sobre todo, cuando las personas que los emplean ni tan siquiera dominan el inglés en una conversación. En todo caso, este no es el tema del que me gustaría hablar, en realidad es de los cambios de nombre a trabajos que toda la vida han sido conocidos y reconocidos con facilidad.
¿Por qué es necesario rebautizar los trabajos con nombres ‘raros’, para otorgar más prestigio? ¿No sucederá a la inversa y generarán algo de rechazo? Sobre todo por algunos términos como ‘gurú’ o ‘ninja’. ¿Alguien se puede autodenominar gurú? Me parece un poco osado, sobre todo porque en este mundo estamos para aprender y no dejamos de hacerlo hasta el final.
El caso del soldador que resulta ser el primer ministro de Suecia
Desconocía el dato pero el otro día oí que Stefan Löfven, presidente de Suecia, es soldador, título que obtuvo tras cursar un grado de Formación Profesional. No ha tenido la necesidad de estudiar un par de carreras universitarias que luego no ha ejercido, ni de cambiar el nombre de su profesión puesto que en esa zona de Europa, la Formación Profesional tiene un prestigio que aquí no existe.
Su humildad, su pasado como sindicalista y su forma de hablar sosegada y llena de ideas lúcidas no han necesitado de ‘adornos lingüísticos’ para aparentar una superioridad artificial de cara a la galería. De hecho, en enero fue reelegido.
¿Por qué lo llaman CEO cuando quieren decir Director Ejecutivo?
CEO significa Chief Executive Officer. Es lo que conocemos en España como Consejero Delegado o Director Ejecutivo. Es decir, se encarga de crear las estrategias para cumplir los objetivos que le ha mandado el jefe supremo, el ‘Chairman’, el Presidente de la empresa.
Si el primer ministro de Suecia es capaz de sacar pecho por ser soldador, ¿por qué maquillar con otros nombres nuestra profesión? ¿Para destacar?
Si supiéramos qué significa en realidad CEO, no los pondríamos tan alegremente en nuestros perfiles en redes sociales profesionales, por una razón, este profesional realiza una serie de actividades y trabaja en un contexto que en nada se parece a lo que un emprendedor/autónomo ofrece en su digno negocio. Es un jefe, no un CEO.
Lo importante es lo que haces, no la palabra que dice lo que haces
Y este debería ser el lema para todo en la vida. No importa que seas CEO, practiques running o que te gusten los acrónimos, lo esencial es que si tu trabajo se desarrolla en ámbito del marketing, publicidad, creatividad no es cuántas palabras o tecnicismos empleas (a veces, son necesarios) sino cómo te presentas ante los demás.
La humildad no está reñida con el trabajo bien hecho ni con brillar. De hecho, siempre nos atraerá más una persona cercana y abierta, que sabe lo que es y a lo que se dedica, que otra que ofrece postureo (palabro actual también) en su tarjeta de visita pero detrás sólo hay humo.
Os dejo este enlace con nombres extravagantes de profesiones que perfectamente se podrían decir en nuestro idioma, y también más información sobre lo que opinan algunos consultores y otros profesionales.
¿Qué nombre os llama más la atención como ‘nueva’ profesión?